Decir que Ricky Martin, de cuarenta y tantos años, tiene una apariencia juvenil sería la subestimación del año. La superestrella portorriqueña atrae las miradas como el angelical chico de 12 años del grupo Menudo, aclamado tanto por los adolescentes como por las abuelas. Desde entonces, no ha dejado de ser el foco de atención del público. Recién llegado de una residencia en el Monte Carlo Resort and Casino, en Las Vegas, para filmar una superproducción, en su último trabajo interpretó al novio de Gianni Versace, Antonio D’Amico, en la serie producida por Ryan Murphy, The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story, que se estrenó en FX en enero de 2018.
A pesar de su gran éxito, la mayor alegría de Martin se encuentra en la feliz vida hogareña que ha construido con su prometido Jwan Yosef, un artista sueco de origen sirio, y sus gemelos de nueve años, Matteo y Valentino. La pareja se conoció hace dos años en Londres, en donde Yosef vivía entonces, y pasó los siguientes 12 meses viajando por el mundo en la gira One World, de Martin. Los niños los acompañaron durante todo el viaje.
“Desde que Tino y Matteo nacieron han estado viajando conmigo. Están acostumbrados a pasar dos semanas en un solo lugar y luego moverse a otro lado”, dice Ricky Martin. “Nuestros hijos se encuentran bien cuando estamos juntos. Donde sea que estemos, ese es nuestro hogar“.
En la actualidad, sin embargo, el concepto de hogar de la familia tiene una dirección fija, específicamente en Beverly Hills. “Estuvimos considerando vivir en Londres o en Nueva York, pero decidimos rentar algo en Los Ángeles por un mes, para sentir su vibra. L.A. nos tomó totalmente desprevenidos, y nos encantó. Al final del mes, ya sabíamos que queríamos estar aquí”, recordó Yosef. Después de un maratón de tres días buscando casas, la pareja se estableció en el primer lugar que habían visto, una residencia tranquila y modernista con un sorprendente legado arquitectónico. Al centro de un terreno de tres mil 350 metros cuadrados se encuentra la vivienda de 900 metros cuadrados que el aclamado arquitecto Gregory Ain diseñó para el psiquiatra Fred Feldman y su esposa Elaine, en 1953.
“Aunque la casa se ha ido expandiendo a través de los años, queríamos respetar su imagen original: las líneas limpias, la apertura y el sentido de calma”. Con menos de dos meses desde la compra para mudarse, la pareja llamó al diseñador Nate Berkus, a quien conocieron a través de amigos en común, para facilitar el proceso. Afortunadamente para todos, ni Martin ni Yosef necesitaban o deseaban una transformación milagrosa.
“No nos interesaba una casa totalmente decorada con una apariencia cuidada hasta el más mínimo detalle. Queríamos que lo básico estuviera cubierto para que fuera cómoda para nosotros y para los niños, pero dejamos mucho espacio libre para que la casa pueda crecer y evolucionar durante los próximos años”, explicó Jwan Yosef.
Berkus secundó la moción. “Tanto Ricky como Jwan son artistas, y tienen ideas muy particulares sobre cómo quieren vivir”, observó el diseñador. “Básicamente, les ayudé a darles una base sólida y neutra que ellos pueden cultivar juntos para hacer que la residencia sea realmente suya. El concepto del lugar gira en torno al futuro de la familia”.
La base que Berkus y sus clientes cimentaron se asenta sobre todo en los diseños clásicos modernos del siglo XX —incluyendo piezas de Ray y Charles Eames, Milo Baughman y Hans Wegner—, acompañados por mobiliario contemporáneo de abeto de creadores como BassanFellows y Tom Dixon. La mezcla también incluye algunos favoritos sentimentales, entre los que se encuentran la larga mesa del comedor y un antiguo escritorio que Ricky adquirió en 1996. “Fue mi primera pieza real de mobiliario, y queda a la perfección aquí”, comentó el cantante. “Jwan tiene un gusto impecable, así que él tiene el crédito por cómo luce todo”, añadió. “Mi mayor preocupación era la comodidad y la practicidad y creo que lo hemos conseguido”.
Uno de los deleites de mudarse a un nuevo hogar era la posibilidad de incorporar obras de la primera etapa de la pareja y comenzar una nueva colección de arte evitando los predecibles trofeos contemporáneos y prefiriendo las creaciones de artistas jóvenes menos conocidos.
“Yo soy un artista joven y es divertido vivir con obras creadas por mis amigos y colegas artistas”, expresó Jwan, cuyas cautivadoras pinturas y grabados se muestran sobre el blanco de las paredes. Por su parte, la formación musical de Ricky se refleja en la serie de fotografías en blanco y negro de cantantes legendarios como Janis Joplin, David Bowie, John Lennon, Louis Armstrong y Frank Sinatra. El idiosincrático conjunto también incluye piezas valiosas, como la escultura recientemente adquirida de Larry Bell y el fantástico lienzo del artista cubano Wifredo Lam que Ricky Martin compró en 1998, cuando comenzó a coleccionar arte latinoamericano.
El antiguo cuarto de yoga de la casa se convirtió en el taller de Jwan Yosef, y Ricky planea construir un estudio de grabaciones en la residencia. En cuanto a Matteo y Valentino, los niños están ansiosos por jugar en la casa del árbol que se instalará entre las ramas de uno de los maravillosos especímenes con los que cuenta la propiedad. “Hay mucho potencial para conformar un ambiente vibrante y creativo para nuestra familia. Nunca puedes estar seguro de lo que traerá el futuro, pero no puedo esperar para descubrirlo”, finalizó Ricky.
Fuente MSN