
© Proporcionado por El Confidencial Otra radiografía del paciente. (BMJ Studies)
Un hombre de 84 años llega a la sala de emergencias de un hospital aquejado de dolor y malestar.
Algo bastante común en pacientes de su edad. Le dice al médico que se ha sentido muy inestable físicamente en los últimos meses hasta el punto de haber sufrido unas cuantas caídas. Tanto es así que, en los días previos a su visita al centro médico, sintió que su brazo y su pierna izquierdos se debilitaron notablemente. A pesar de todo, el hombre no fumaba y tampoco bebía. Le hicieron una análisis de sangre y los médicos no detectaron ninguna anomalía extraña.
Pero tras una resonancia magnética y una prueba de rayos X, el médico hizo un insólito y traumático descubrimiento: donde tendría que estar la parte del lóbulo frontal derecho del cerebro, ahora simplemente había un gran espacio en blanco.
"No hubo signos de confusión, ni síntomas de parálisis facial o de alteraciones en el habla", indicaron los médicos en un resumen del caso publicado el 27 de febrero en la revista médica 'BMJ Case Reports'. "Al contrario, estaba bien y en aparente buena forma física, independientemente de sus actividades mentales de la vida diaria... y vivía en casa con su mujer e hijos". Por lo visto, este caso médico resultó estar un paso más allá de lo excepcional.
"Neumocefalia" o aire en el cerebro

© Proporcionado por El Confidencial Imagen cenital de la radiografía. (BMJ Studies)Finlay Brown, un médico que trabajaba en el departamento de emergencia del hospital Causeway en Corelaine, Irlada del Norte, recuerda así el momento en el que revisó los escáneres con las imágenes de la radiografía junto con el resto del personal: "Todos estábamos absolutamente perplejos con las imágenes que vimos", confesó Brown a 'The Washington Post'.
El resultado de las radiografías fue tan alarmante que los médicos se preguntaron si era posible que el hombre se hubiera olvidado de ponerles al tanto de algún tipo de cirugía cerebral a la que se había sometido en el pasado o, incluso, alguna tara de nacimiento. Él dijo que no. Al final, resultó que el hombre sufría de neumocefalia o presencia de aire en el cráneo, una afección que se encuentra en "casi el 100% de los casos después de una operación cerebral", admitió Brown.
Una afección que también puede ocurrir después de infecciones nasales y lesiones en la cabeza o en la cara, pero en todo caso, con bolsas de aire mucho más pequeñas. La cavidad alojada en su cerebro tenía un tamaño aproximado de siete centímetros en su punto más largo, de acuerdo con el artículo de 'BMJ Case Reports'.
"No pude encontrar muchos casos documentados de naturaleza similar a este", afirmó Brown. La causa más probable, según demostró la resonancia magnética, era un "osteoma o tumor óseo benigno que se había formado en la cabeza del hombre y se estaba erosionando a través de la base del cráneo", señaló el médico. La formación del tumor y su ubicación habían producido un "efecto de válvula unidireccional" que gradualmente había contribuido a la creación de la cavidad.
"El tumor fue aumentando progresivamente en un período de tiempo que va de meses a años", dijo Brown. "Cuando el paciente olía, estornudaba o tosía lo más probable es que se le inyectaran pequeñas cantidades de aire a la cabeza". El estudio concluyó que el hueco se debía a una "causa rara" fruto de un pequeño accidente cerebrovascular que el hombre había sufrido antaño, y que muy posiblemente produjo la debilidad del lado izquierdo y otros síntomas que llevaron al hombre a acudir imperiosamente al hospital.
FUENTE: msn.com
17/Mar/2018