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Cuando Adele se propone hacer algo, no se anda con medias tintas. No contenta con organizar el pasado enero el enlace de su amigo Alan Carr y su pareja Paul Drayton, cediéndole el jardín de su mansión de Los Ángeles para la fiesta, oficiando la ceremonia y cantando para su primer baile como casados, también insistió en correr con todos los gastos.
"Fue un día muy especial y ella es maravillosa; ¡hasta se sacó la licencia para poder oficiar la ceremonia! Yo no paraba de pedirle que me dejara pagar algo, pero me respondía que no, que quería hacerlo ella. Costeó toda la fiesta", ha explicado el humorista al portal Mail Online.
El bonito gesto de la estrella de la música ha sido su forma de devolver el favor a Alan,
después de que él le dejara dormir durante meses en el suelo de su apartamento tras la publicación de su álbum superventas '21'. Aunque en aquella época la intérprete ya se había establecido como una de las grandes promesas de la industria de la música, la ruptura de una relación sentimental la sumió en un momento muy oscuro y su buen amigo no dudó en abrirle las puertas de su casa para ayudarla a recuperarse.
"Adele ya había desahogado todos sus demonios en '21', pero aún seguía destrozada por lo de su ex. Recuerdo que Paul me dijo una vez: 'Adele está en el piso de arriba.
Deberíamos ir a ver cómo se encuentra'. Y de pronto me di cuenta que no me atrevía; ¿y si estaba muerta? Por pura curiosidad, si la cantante más famosa del mundo se muere en tu casa, ¿beneficia o perjudica al precio de mercado de la vivienda?", explicaba divertido el propio presentador en su autobiografía 'Alanatomy' acerca de aquellos años.
FUENTE: msn.com
14/Abr/2018