Si alguna vez has tenido ansiedad y también se te ha ido el hambre, ¿por qué ocurre esta falta de apetito?
La ansiedad a menudo se caracteriza por una sensación de nerviosismo, aprensión, preocupación o miedo. No es raro experimentar esta sensación de vez en cuando como resultado de situaciones y eventos desconocidos o incómodos. La mayoría de las veces, la ansiedad pasa una vez que se elimina el factor instigador.
Sin embargo, algunas personas continúan experimentando esta preocupación o miedo, e incluso empeora con el tiempo. Esto es a menudo un signo de un trastorno de ansiedad que debe ser tratado por un profesional para evitar complicaciones de salud mental o física más graves.
La pérdida de apetito a causa de la ansiedad no es un síntoma en sí misma de la ansiedad
Síntomas
Además de la sensación de nerviosismo, preocupación o miedo, un trastorno de ansiedad puede causar fatiga, irritabilidad, inquietud y falta de concentración. También manifiesta síntomas físicos, como sudoración, náuseas, diarrea, temblores, falta de aliento y latidos cardíacos rápidos. Incluso puede afectar los ciclos de sueño, causando insomnio, donde tiene dificultades para conciliar el sueño o quedarse dormido.
Pérdida de apetito
La pérdida de apetito que puede acompañar a la sensación de ansiedad no suele ser el resultado de la ansiedad en sí. En realidad es un síntoma de depresión. Los trastornos de ansiedad generalizada y los trastornos de pánico rara vez ocurren solos. Muchas personas también sufren de depresión como resultado de un trastorno de ansiedad o al mismo tiempo.
En este sentido, la pérdida de apetito a causa de la ansiedad no es un síntoma en sí misma de la ansiedad, si no un síntoma de la depresión. Significa que la ansiedad se ha vuelto más fuerte en la persona afectada y que posiblemente deba ser tratado/a por depresión y ansiedad y no solo por ansiedad.
Diagnóstico
Para garantizar un tratamiento y manejo adecuados de esta condición, es importante consultar con un profesional de salud mental. La ansiedad se presenta en muchas formas diferentes, incluido el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, el estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, la fobia social y otras afecciones similares. El diagnóstico adecuado inevitablemente ayuda a tratar la afección.
Es necesario tener en cuenta que un trastorno de ansiedad no se vive igual en dos personas diferentes. Cada persona tiene su propia idiosincrasia y por lo tanto, la ansiedad que experimenta también puede ser totalmente diferente. Hay personas que toleran mejor la ansiedad que otras, pero en todos los casos, cuando la ansiedad se soporta demasiado tiempo puede causar problemas de salud bastante graves.
Tratamiento
La psicoterapia puede ayudar a identificar la causa raíz del trastorno, así como a establecer pasos para cambiar el comportamiento y la actitud. Los pensamientos y comportamientos negativos se redirigen a los positivos, lo que permite mejores habilidades de afrontamiento. Esta forma de terapia también puede ir acompañada de un medicamento recetado, como antidepresivos, sedantes o medicamentos contra la ansiedad. La combinación de terapia y medicamentos a menudo puede corregir los síntomas asociados con cualquiera de las afecciones, incluida la pérdida de apetito.
De cualquier manera, si piensas que tienes depresión o ansiedad, será fundamental que busques ayuda médica lo antes posible. No pienses que se te "curará" solo, necesitas apoyo terapéutico para poder salir de esa espiral oscura en la que sin querer y sin culpa de nadie, te has metido.
La psicoterapia puede ayudar a identificar la causa raíz del trastorno
Aprende a cuidarte
Junto con la atención supervisada, también puedes encontrar algún beneficio al concentrarte en tu dieta. Comer comidas más pequeñas varias veces durante el día puede ayudar a estabilizar el azúcar en la sangre y, por lo tanto, aliviar la sensación de ansiedad.
También es recomendable que comas muchos carbohidratos complejos, como granos enteros, verduras y legumbres, mientras limitas tu consumo de azúcar, granos procesados, alcohol y cafeína. Incluso beber mucha agua puede ayudar a estabilizar tu estado de ánimo. Dicho esto, estos cambios en la dieta de ninguna manera pueden reemplazar el tratamiento médico. Solo deben usarse junto con atención supervisada.
Fuente: Bekia Salud