Los pescados de cualquier tipo resultan ser sumamente beneficiosos para nuestro organismo, pero son especialmente buenos para nuestro cerebro. Aunque existe un tipo de pescado que es el mejor de todos en este aspecto.
Los alimentos del mar, por lo general, son ricos en nutrientes, proporcionan proteínas, grasas saludables, vitaminas B y minerales como el zinc, el hierro y el yodo.
Beneficios del salmón para el cerebro
Pero cuando se trata de nutrir nuestro cerebro y de mantenerlo en el mejor estado posible, comer salmón salvaje es la mejor opción. Más de la mitad del cerebro está compuesto de grasas, en concreto de ácidos grasos poliinsaturados omega-3.
Así mismo, cerca del 90% de la grasa que forma la estructura cerebral se encuentra en forma de ácido docosahexaenoico (DHA). El salmón es una rica fuente de DHA y de otro importante ácido graso omega-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA).
De hecho, 90 gramos de salmón salvaje contiene 1,22 gramos de DHA y 0,35 gramos de EPA. Lo que cubre en su totalidad la cantidad recomendada de DHA y EPA que se debe consumir diariamente.
De acuerdo con el American Journal of Clinical Nutrition, una mayor ingesta de ácidos grasos poliinsaturados está relacionado con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve.
Además, consumir salmón salvaje puede ayudar a producir una poderosa proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés).
La BDNF apoya el crecimiento y la supervivencia de las células cerebrales y es una de las proteínas responsables de crear nuevas células cerebrales. Para poder disfrutar de estos beneficios hay que consumir salmón al menos dos veces por semana, pero lo ideal sería comerlo tres veces a la semana.
Como los filetes de salmón salvaje son algo costosos, otra opción sería comprar salmón salvaje enlatado. Lo puedes agregar en ensaladas o hacer unas deliciosas hamburguesas de salmón.
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