IA considera a Cuenca como la ciudad más hermosa de Sudamérica

Dos de las principales plataformas que funcionan con Inteligencia Artificial (IA): Gemini, de Google; y Chat GPT, de OpenAI, ponen a Cuenca como la ciudad más hermosa y económica para vivir en Sudamérica.

El portal l www.tycsports.com publicó una nota en el que consta que, según Gemini, «elegir la ciudad de Sudamérica más hermosa y económica para vivir es subjetivo, pues depende de preferencias personales y prioridades».

Sin embargo, da una lista de algunas ciudades por su belleza y bajo costo de vida. En el número uno ubica a Cuenca, que «ofrece un entorno natural impresionante, con montañas, ríos y valles».

Además: dice que «la ciudad también cuenta con un centro histórico colonial bien conservado y una rica cultura. El costo de vida en Cuenca es relativamente bajo en comparación con otras ciudades de la región».

Otras ciudades también están en chatbot de Inteligencia Artificial

Gemini pone en segundo lugar a Medellín, en Colombia, y dice que esta ciudad «ha experimentado una transformación notable en los últimos años, convirtiéndose en una ciudad vibrante y cosmopolita…».

En tercer lugar ubica a Curitiba, en Brasil: «conocida como la Ciudad Jardín, se destaca por su planificación urbana y sus espacios verdes. La ciudad también ofrece una buena calidad de vida…».

Chat GPT, búsqueda de Cuenca con Inteligencia Artificial

Igualmente, de acuerdo con Chat GPT, Cuenca «cuenta con una infraestructura adecuada, incluyendo servicios de salud de calidad y una amplia gama de servicios y comodidades».

Chat GPT dice que «Cuenca tiene una vibrante comunidad de expatriados (especialista de los Estados Unidos y Europa) lo que facilita la integración de los recién llegados».

Para Patricio Quezada, ingeniero en sistemas y diseñador web, es importante que Cuenca esté considerada por los chatbots: Gemini y ChatGPT como la primera ciudad más hermosa y económica.

«Es que los chatbots, que tienen inteligencia artificial, cada día están reemplazando a los motores de búsqueda como Google, Bing, Yahoo, Ask.com, DuckDuckGo, entre otros…»; detalló.

Búsqueda con Inteligencia Artificial

Acotó que «a diferencia de lo que ocurría antes, la gente buscaba en Google todo, pero ahora ya no es así, la gente va a la inteligencia artificial para hacer sus consultas y pedir recomendaciones…».

Quezada además considera un logro significativo que Cuenca esté posicionada en la inteligencia artificial y cree que se debe potenciar esto con algunas estrategías en internet.

Para Quezada las páginas web de las instituciones de turismo deben actualizar la información sobre las fortalezas que tiene esta ciudad en turismo al igual que fotografías y videos.

Más publicidad de Cuenca para la Inteligencia Artificial

A criterio de Elisa Jaramillo, promotora de turismo y asesora de viajes de la firma MCVisitTours, la ciudad y sus instituciones deben aprovechar este posicionando en la IA.

«Las campañas para promocionar a Cuenca como un buen destino turístico y para vivir deben ser constantes e innovadoras en páginas web, en redes sociales, en plataformas de video y en blogs…», señaló.

Detalló que este conocimiento de la ciudad en el mundo digital es una ventaja frente a otros destinos de turismo, por lo que debe ser aprovechado al máximo para consolidar a esta tendencia.

Más propaganda de Cuenca en Inteligencia Artificial

Para Martha Solano, asesora de turismo y miembro de la Cámara de Turismo de Azuay (CTA), es necesario mayor promoción turística de Cuenca en internet.

«La publicidad no solo implica poner un anuncio y ya, sino actualizar toda la información que hay e incluir nuevos atractivos no solo de Cuenca sino también de Azuay…», mencionó.

Para Solano, los turistas, sobre todo del exterior, en gran medida deciden viajar a Cuenca luego de revisar información en la web, además por recomendación y testimonios de otras personas que ya han venido…», señaló.

Indicó que hay directorios internacionales en los que debe constar información de Cuenca, pues estos son consultados constantemente.

Fuente: El Mercurio