La batalla de Amaia Montero, la hija pródiga del pop español
- radiok10
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La cantante Amaia Montero durante el photocall de “La Noche de Cadena 100” en Madrid 24/03/2018 GTRES
La cantante guipuzcoana retoma su historia con 'La Oreja de Van Gogh' dieciocho años después de su marcha, tras superar una de las etapas más duras de su vida
Tras casi diecisiete años juntos y cientos de conciertos, La Oreja de Van Gogh anunciaba en octubre del año pasado la salida su vocalista Leire Martínez, con la que, según explicaron, no habían logrado “acercar sus diferentes maneras de vivir el grupo”.
Un año después de aquella inesperada noticia, el grupo ha hecho realidad el sueño de muchos de sus seguidores, confirmando este miércoles su vuelta a los escenarios, junto a la voz que catapultó a los vascos al estrellato y se convirtió en el alma de la banda durante once años, la irundarra Amaia Montero (50).
Un regreso agridulce que, ha tenido como contrapartida la abrupta salida de su fundador, el guitarrista Pablo Benegas, quien paradógicamente, descubrió en el año 96 a la de Irún durante una noche de fiesta en San Sebastián, cuando ésta era universitaria en la Facultad de Químicas.
De aquel fortuito encuentro nació La Oreja de Van Gogh, que tras el lanzamiento de su primer álbum, Dile al sol (1998), alcanzó rápidamente la fama en todo el país. El disco, que obtuvo siete discos de platino, situó a los donostiarras como grandes referentes del pop español. Meses después, su éxito se expadía también por Latinoamérica.

La Oreja de Van Gogh en sus inicios X/@CarlosYahir_
Sin embargo, y a pesar de aquella gloria que parecía no tocar techo, (o tal vez, consecuencia de ella), la donostiarra decidió, después de nueve años, abandonar la banda para emprender su andadura profesional en solitario. Su debut, con el álbum Amaia Montero (2008), la situó en el número uno de ventas gracias a temas como Quiero ser o Te voy a decir una cosa. Le siguieron Amaia Montero 2 (2011) y Nacidos para creer (2018).
Pero no todo fue un camino de rosas en el nuevo giro de la artista, quien, a pesar del reconocimiento alcanzado en su nuevo proyecto, tuvo que hacer frente a diversos obstáculos personales que acabaron derivando en problemas de salud mental.
Dura pérdida
El fallecimiento de su padre, José, en 2009 —tras una larga lucha contra el cáncer— marcó un antes y un después en la vida de Amaia Montero, quien rindió homenaje a su progenitor con la canción 407, incluida en su primer disco en solitario e inspirada en la habitación del hospital donde estuvo ingresado.
Pese al paso de los años desde aquella pérdida, la tristeza de la cantante no acabó por mitigarse del todo. En 2020, la donostiarra volvió a expresar públicamente su duelo a través de sus redes sociales. “Hoy hace 11 años que te fuiste y solo lo superaré el día en que nos volvamos a encontrar. Te llevo cada segundo corriendo por mis venas”, escribió entonces.

Amaia Montero en una publicación de su Instagram en 2020 Redes
Aquel dolor, unido al desgaste que conlleva la fama y el constante escrutinio público sobre su físico al que fue sometida durante su trayectoria, sumieron a la artista en una profunda crisis personal, que terminó por evidenciar de forma pública en noviembre de 2002 con otro mensaje desolador en sus redes sociales. “Si la esperanza es lo último que muere y todavía no la he perdido, ¿de qué sirve la vida?”, publicó.
Poco tiempo después de aquellas palabras, la vocalista anunció un parón temporal en su carrera, admitiendo que “necesitaba curarse”. Una dura situación que, finalmente, llevó a la vocalista a ingresar durante un mes en una clínica psiquiátrica en Navarra para recibir tratamiento contra el estrés y la ansiedad.
Reaparición sorpresa
Por fortuna, y después de más de dos años de exilio, durante el verano de 2024, la guipuzcoana volvía a reaparecer sobre un escenario. Lo hacía en el Santiago Bernabéu, pletórica y acompañada de la cantante colombiana Karol G, con quien interpretó la célebre canción del grupo donostiarra, Rosas.
“La vida tiene un montón de maneras de hacerte llegar su mensaje; solo tienes que estar muy atento a ella”, escribió en sus redes tras aquella actuación en Madrid, al tiempo que explicó que aquel reencuentro con la música le había recordado que “la vida es el viaje y no el destino”. “Lo hice con la mejor compañera, rodeada de las personas que más quiero y del cariño de todos los que estabais allí. Gracias por eso, gracias a la vida y gracias a la música. Gracias siempre, Karol G, eres inmensa y un ángel que ha llegado para quedarse en mi vida”, destacó.
Al día siguiente del concierto, Amaia ya adelantaba que volvería “más pronto que tarde” a los escenarios, justo cuando empezaban a circular rumores sobre una posible reunión de la vocalista con La Oreja de Van Gogh.

Karol G y Amaia Montero durante la interpretación de 'Rosas', en el estado Santiago Bernabéu, 2024 Tik Tok
Su expareja y gran amigo Gonzalo Miró también se pronunció entonces sobre el posible regreso de la artista. En declaraciones al programa Espejo Público, aseguró que “todos atraviesan etapas difíciles y que Amaia no era una excepción”. “Lo importante”, subrayó, “es que ha estado arropada, no se ha sentido sola y era cuestión de tiempo que saliera adelante”.
En el plano sentimental, Montero ha mantenido siempre un perfil reservado. Entre 2009 y 2011 mantuvo una relación con el citado presentador, con quien conserva una estrecha amistad. El comunicador, que es uno de los grandes apoyos de la cantante, no ha dudado en defenderla públicamente cuando ha sido necesario.

Gonzalo Miró y Amaia Montero durante su relación Otras Fuentes
Antes de Miró, la artista fue relacionada con el exfutbolista José María Gutiérrez “Guti”, aunque ninguno de los dos confirmó un posible romance. En otra ocasión, la vocalista vasca confesó que muchas canciones del primer disco del grupo estaban dedicadas “a un amor puro y sincero” de su juventud, ajeno al mundo del espectáculo. (BV)
FUENTE: LaVanguardia.com