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La increíble historia de “La Macarena”: así se creó la emblemática canción que fue furor en La Velada del Año de Ibai

  • Foto del escritor: Maritza Valencia
    Maritza Valencia
  • 28 jul
  • 4 Min. de lectura

La última edición de La Velada del Año de Ibai Llanos demostró que tres décadas no han sido suficientes para apagar el poder convocante de “La Macarena”. Miles de espectadores presentes y millones conectados en línea se unieron espontáneamente al inconfundible ritmo y coreografía del clásico de Los del Río, confirmando su estatus como fenómeno cultural intergeneracional.


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Las redes sociales se inundaron de videos virales que documentaron cómo el baile fue tendencia, evidenciando una vez más la capacidad única de esta canción para trascender fronteras temporales y geográficas.


Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones habían formado Los del Río en 1962 en Dos Hermanas, Sevilla. Durante tres décadas, el dúo construyó una sólida reputación en el circuito del flamenco, la rumba y las fiestas populares, según detalla Vogue. Su carrera los llevó por España, México, Sudamérica, el norte de África y Oriente Medio, actuando para figuras como Julio Iglesias, Lola Flores, Montserrat Caballé, el rey Hussein de Jordania y el entonces príncipe Juan Carlos.


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A pesar de generar respeto en el ámbito musical, Los del Río aún no habían logrado ese “cometa” internacional que los catapultara al éxito masivo. Su repertorio se mantenía fiel a las raíces andaluzas, con presentaciones en radios locales y conciertos para la élite regional.


La noche que cambió todo: Caracas, 1992

La historia de este himno mundial comenzó en una presentación privada en Caracas durante 1992, organizada por el empresario Gustavo Cisneros. Entre los invitados se encontraban el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y una selecta audiencia, pero fue la presencia de Diana Patricia Cubillán, quien desencadenó la magia creativa.


En medio del espectáculo, Antonio Romero Monge improvisó lo que se convertiría en el núcleo del estribillo más reconocible del planeta: “Dale a tu cuerpo alegría, Magdalena, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena”. La inspiración surgió directamente del baile de Diana Patricia y la tradición flamenca que Los del Río habían cultivado durante décadas.


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Esa misma noche, según recordó Rafael Ruiz Perdigones en declaraciones a Vanity Fair, Romero completó la letra en su habitación de hotel. La bailarina venezolana había deslumbrado con una rumba especial que se grabó para siempre en la memoria del compositor sevillano.


Una de las anécdotas más difundidas sobre la creación del hit revela que Romero decidió posteriormente cambiar “Magdalena” por “Macarena”, nombre que tenía un doble significado personal: era el nombre de su hija y también hacía referencia a la Virgen sevillana de la Esperanza Macarena.


De regreso en Sevilla, Romero y Ruiz grabaron la primera versión para el álbum “A mí me gusta” (1993), manteniéndose fieles al ritmo de rumba y flamenco original. La canción se integró gradualmente al panorama musical español, sonando en ferias, verbenas y radios como parte del “cancionero andaluz moderno”. Las ventas fueron satisfactorias, pero nadie imaginaba el impacto planetario que estaba por llegar.


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La metamorfosis comercial: del flamenco al dance

La industria musical detectó rápidamente el potencial comercial de adaptar la canción a las pistas de baile internacionales. Columbia contrató al productor Big Toxic, vinculado a Fangoria, para crear una remezcla electrónica: el “River Remix 130 BPM”. Esta versión incorporó elementos de la creciente tendencia europea del dance, transformando la estructura original sin perder su esencia pegadiza.


El experimento funcionó, pero el verdadero punto de inflexión llegaría al otro lado del Atlántico. La canción necesitaba un último empujón para conquistar el mercado global, y Miami se convertiría en el laboratorio perfecto para esa transformación definitiva.


El salto definitivo: Miami y la fórmula del éxito

A mediados de 1995, “La Macarena” experimentó su metamorfosis final en el vibrante ambiente de los clubes latinos de Miami. El DJ Jammin Johnny Caride, respondiendo a la demanda de los asistentes por una versión más bailable e “internacional”, colaboró con los Bayside Boys para crear la fórmula definitiva del éxito.


Esta nueva versión combinó la base dance con segmentos en inglés y una estructura hipnótica perfectamente adaptada para la radio. Según documenta el documental de Movistar+, esta “Macarena” remixada se convirtió en la lanzadera definitiva que conquistó discotecas, festivales y canales de televisión estadounidenses.


El siguiente paso fue crucial: la producción de un videoclip con diez jóvenes ejecutando el baile, difundiendo la coreografía a través de la cultura pop visual global. La combinación de música pegadiza y baile sencillo pero distintivo creó una fórmula irresistible.


El fenómeno mundial: récords y apariciones icónicas

En 1996, tras años circulando en clubes y radios latinas, “La Macarena” alcanzó el olimpo musical. El Bayside Boys Remix llegó a la cima del Billboard Hot 100 estadounidense y dominó el ranking durante 14 semanas consecutivas, estableciendo una marca histórica para la música española que permanecería imbatible hasta 2017, cuando “Despacito” de Luis Fonsi igualó la proeza.


El alcance del hit superó todas las expectativas: sonó en la campaña presidencial de Bill Clinton en 1996, en la Super Bowl de Nueva Orleans, en los Juegos Olímpicos de Atlanta y en la final de la NBA. La canción incluso llegó al Vaticano, donde Los del Río la interpretaron ante el papa Juan Pablo II durante un concierto navideño, consolidando su estatus como fenómeno cultural universal.


La explicación científica del poder de “La Macarena”

Un estudio de la Universidad de Oxford ha intentado desentrañar el misterio detrás del éxito grupal de “La Macarena” y fenómenos similares. La investigación concluyó que los bailes sincronizados, compartidos en grandes grupos, liberan endorfinas y refuerzan el sentimiento de comunidad, afecto y disposición a ayudarse entre los participantes.


Esta explicación científica confirma lo que millones de personas han experimentado durante tres décadas: “La Macarena” funciona como un centro de comunión generacional, capaz de unir en un mismo baile a personas desconocidas de todas las edades y nacionalidades, tal como volvió a demostrar su reciente aparición en La Velada del Año de Ibai.


(PC)



Fuente: Infobae

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