Lady Gaga entró en el club de los gigantes
- Patty Calle
- hace 14 horas
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Lady Gaga escribió su nombre en la historia de los conciertos multitudinarios con una presentación inolvidable en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.

La cantante estadounidense reunió a más de 2,1 millones de personas el pasado sábado 3 de mayo, superando el récord femenino que Madonna impuso en 2024, cuando atrajo a 1,6 millones de asistentes en el mismo lugar.
El megaconcierto de Lady Gaga en Brasil
Desde la madrugada, miles de fans comenzaron a llegar a la playa para asegurarse un lugar cercano al escenario. El espectáculo, gratuito y respaldado por las autoridades locales, fue parte de la promoción de su nuevo álbum ‘Mayhem‘.
La expectativa era alta, ya que Lady Gaga no se presentaba en Brasil desde 2012. La noche anterior al show, sorprendió con un ensayo abierto que emocionó a los presentes y demostró su entusiasmo por volver a pisar tierras brasileñas.
Durante el concierto, la artista se dirigió con cariño a sus seguidores, a quienes llama ‘Peños Monuos”’, y agradeció el recibimiento.
Muchos de ellos asistieron caracterizados con vestuarios que recordaban sus mayores éxitos como Poker Face, Born This Way y Bad Romance, creando una atmósfera festiva y colorida a lo largo de toda la costa carioca.
La actuación de Lady Gaga se suma a una lista de espectáculos icónicos que han tenido lugar en Copacabana. En 1994, Rod Stewart reunió a 3,5 millones de personas en un concierto de Año Nuevo, cifra que aún lidera los registros globales.
The Rolling Stones también hicieron historia en 2006 con cerca de 2 millones de asistentes. En otras partes del mundo, Jean-Michel Jarre congregó a 3,5 millones de personas en Moscú (1997) y a 2,5 millones en París (1990).
Concierto multitudinarios
Rod Stewart
1994
3,5 millones
Río de Janeiro, Brasil
Jean-Michel Jarre
1990
2,5 millones
París, Francia
Jean-Michel Jarre
1997
3,5 millones
Moscú, Rusia
The Rolling Stones
2006
2 millones
Río de Janeiro, Brasil
Madonna
2024
1,6 millones
Río de Janeiro, Brasil
Fuente: El Comercio
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