‘Las +593′, el nuevo tema viral que Machaka canta con orgullo a la mujer ecuatoriana
- Patty Calle
- hace 59 minutos
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Ecuador tiene un nuevo ritmo y se llama ‘Ecuadorian sabrosura’. No es un género (todavía) pero, si lo fuera, su fundador sería sin duda Machaka, un artista que ha dejado de ser promesa para convertirse en un fenómeno cultural en expansión.

Con su nuevo sencillo Las +593 rinde homenaje a las mujeres ecuatorianas y reafirma su propuesta de una música mestiza latinoamericana que rompe fronteras, géneros y estereotipos. El tema escaló al primer lugar de lo más viral en Spotify Ecuador (y no es la única canción del cantautor quiteño: también figura Milagro, otro éxito que deben escuchar mientras leen esta publicación).
¿Qué tiene esta canción? Todo lo que su creador representa: identidad, sabor, electrónica underground y ese calor costero que te golpea como una buena salsa con ají o como dice Machaka: “Música hecha en casa, como comida de abuela, como cebiche de carrito, como la hueca de tu barrio”.
¿Quién es Machaka?
Machaka no nació en una disquera. Surgió en el cruce de muchas calles, sonidos y memorias. Proviene de una familia de artistas, donde la libertad creativa le permitió ser, sentir, componer, producir. “Vengo de una casa donde ser artista es parte del oficio diario. Crecí con mis papás, ambos escultores; se han dedicado al arte como oficio principal. El espacio donde me crie era un espacio amigable con el arte”, recalca.
Es carismático, disruptivo y su proyecto musical se presenta como lo que realmente es: música de cebichería moderna, dice, o lo que él imagina que se debería escuchar en una para sentir la ‘vibra’ o estar en modo chill.
“Machaka se origina porque me gustaba la música tradicional latinoamericana y me interesé por el hiphop y el rap, géneros que te interesan desde la adolescencia, y más adelante se mezclan esos dos mundos. Las influencias musicales: tengo la teoría de que hay una parte que no elegí voluntariamente y otras que sí. Siento que la parte de la salsa, la cumbia, el bolero, la música tradicional en general se metieron en mí, por debajo de la piel”, afirma el también productor de 32 años.
Con alrededor de 226.500 oyentes mensuales en Spotify y un estilo que combina lo histórico con lo futurista, Martín Proaño Baca (su nombre verdadero) es parte de una camada de artistas que no buscan sonar como Miami o Medellín (sin que esto suene a crítica o sea una ofensa), sino como Ecuador en estéreo.
El cantautor detalla que adoptó el nombre de Machaka actualmente; sin embargo, no siempre se llamó así. “Machaka es un proyecto solista, compongo yo y también me autoproduzco, soy el productor y compositor de las canciones. Hacía música antes, pero le puse este nombre en el 2015, me parece. Un año antes venía sacando canciones con otro nombre; usé de seudónimo mi segundo nombre: entonces era Lucas Alma. De hecho, las primeras canciones de Machaka las publiqué en SoundCloud y más adelanté lo modifiqué“, sostiene.
‘Las +593′
El título de su nuevo sencillo hace referencia al código telefónico internacional del país: +593. Pero más allá del juego numérico, es una declaración de amor y respeto a las mujeres ecuatorianas, a su diversidad, fuerza y belleza (aunque la polémica en redes sociales, “expertos analistas musicales de ocasión”, puristas y detractores digan lo contrario).
“La canción vino de la búsqueda que menciona el intro. Hemos escuchado, mucho tiempo, canciones específicas para las colombianas, las venezolanas, para las boricuas, etcétera, etcétera. Me sentí en un momento, y también inspirado por estas canciones, que me siento muy afín al lenguaje ecuatoriano y reorgulloso. Le siento mucho cariño a Ecuador. Me parecía que todas estas áreas que estaban sucediendo en mí daban ese espacio para que haga una canción de este tipo”, dice.
En Las +593 también trabajaron Daniel Vélez (coros), Mateo Jaramillo (percusión) y Miguel Sevilla (piano; ha estado en Rockola Bacalao).
El sencillo es parte de un álbum que tiene previsto salir este año, que aún no tiene definido el nombre y que tendrá alrededor de diez canciones. “Es un disco bastante variado; tiene influencia de la música mestiza tradicional y latinoamericana. Te puedes encontrar con fusiones cercanas al bolero, cumbia y música andina y salsa”, sostiene.
“Si mi música fuera un plato típico, sería un cebiche tipo Jipijapa, con maní, aguacate, pescado fresquito y una cerveza helada, y pegaría escucharlo con Milagro o Las +593″, bromea.
Videos caseros
Una de las características que distinguen a Machaka —además del beat con alma— es su manera de contar Ecuador desde adentro, sin maquillaje, sin guion y sin miedo.
En sus redes sociales, en especial en TikTok y en Instagram, comparte videos que parecen sacados del archivo íntimo de una nación no oficial: planos sueltos de mercados, mujeres, usuarios de redes sociales, fiestas, pueblos costeños, entrevistas espontáneas, vendedores ambulantes, barrios con historia, playas sin filtro. Todo esto mezclado con fragmentos de sus canciones, como si la música emergiera del suelo mismo.
“Son tomas en 360; a veces me gusta ubicar la cámara en el techo, hacer tomas cenitales; esas cosas las autoproduzco yo. Estas piezas cortas me sirven para mostrar secciones de la canción”, refiere.
No hay una escenografía armada. El fondo puede ser la tienda de la caserita o ‘veci’, un taller mecánico, un triciclo de jugos, una vereda o un bus en movimiento. Machaka convierte lo cotidiano en escenografía, y su cámara, en testigo documental de la idiosincrasia ecuatoriana que él mismo representa.
“La mayoría de personas estamos en la búsqueda de cada día ser más uno mismo, cierto. Y en el arte, esa búsqueda es importante. Si bien creo que aún no he llegado a donde me gustaría, pienso que viene de mi jerga, de que la cultura ecuatoriana se pueda manifestar en la música. Yo fusiono música mestiza tradicional de Latinoamérica con elementos de música contemporánea, como rap o electrónica”, explica.
En un mundo que a veces te obliga a sonar como otro para pegar, él decide mantener su identidad. Machaka no vino a copiar fórmulas ni a subir por la escalera de la industria. Él vino con su propio plato servido con sazón nacional, verdad, ritmo y orgullo. Ecuador, esta vez, sí suena como nosotros. (E)
Fuente: El Universo