Guido Lara
Fundador y CEO de LEXIA Insights & Solutions. TW: @guidolara
Hecho: Los matrimonios en los que su primera hija es mujer tienen mayor probabilidad de divorciarse cuando ella llega a la adolescencia.
© Proporcionado por Martha Debayle
Fuente: Elaboración propia con datos de Kabátek, J., Ribar, D. C. (2020).
Cuando la hija primogénita entra a la pubertad / adolescencia aumentan las tensiones en la familia.
La o el hijo primogénito/a es determinante pues es la primera experiencia de ser padres y es en donde se establecen las reglas y acuerdos para criar a los demás hijos.
La tendencia se sostiene independiente de la cantidad, género y edad de los demás hijos.
A medida que los hijos van creciendo y llegan a la pubertad, las tensiones sobre cómo criar a una hija son mayores que las tensiones que existen sobre un hijo.
Cómo debe vestirse.
Cómo debe comportarse.
Dónde puede trabajar.
Qué puede hacer y que no.
Qué libertades puede tener y cuales no.
Las hijas declaran menor afinidad con sus papás que la que declaran los hijos con ellos.
Aquí inician los desencuentros en ciertas familias. Cada vez es más grande la brecha entre las ideas y motivaciones de las hijas con las ideas del papá. Las hijas se mueven más rápido.
Muchas mamás asumen el discurso patriarcal. El papá se hace a un lado y deja que la mama resuelva el conflicto y no se mete.
Cada día son más frecuentes los desencuentros entre hijas y las propias mamás porque los valores y expectativas sobre lo que significa ser mujer han cambiado entre las generaciones de mujeres.
La distancia de los hombres con el mundo femenino aumenta la probabilidad de divorcio. La tendencia disminuye cuando el padre creció con al menos una hermana.
Los papás que crecieron sin hermanas y su primogénita es mujer tienen casi el doble de probabilidad de divorciarse.
Los papás que crecieron con una hermana y su primogénita es mujer la probabilidad adicional de divorciarse baja a casi cero.
Las diferencias entre los contextos culturales en los que crecieron los padres son determinantes en como crían a sus hijos. Entre mayor sea la diferencia, más tensiones se crean.
Las tensiones sobre cómo criar a su hija se vuelven más fuertes cuando se encuentran en un contexto cultural diferente del que crecieron los padres.
Y a su vez se vuelven aún más fuertes cuando uno de los padres creció en un contexto diferente (sin diferencia entre que el papá o la mamá sea quien haya migrado).
La tendencia es más fuerte en las parejas en las que uno de los dos ha inmigrado al país en el que crían a la hija.
Seguido por parejas en las que ambos han inmigrado.
Cuando los dos son originarios del país en el que crían a la hija.
La menor escolaridad del papá aumenta la probabilidad de divorcio.
La tendencia baja entre más educación tenga el papá (ya que probablemente está más informado sobre relaciones padre-hija y tiene más herramientas psico-emocionales para manejar situaciones difíciles).
Hipótesis descartada: No es porque las parejas prefieran tener hijos hombres.
No es porque consideren que hay diferencias entre criar una mujer y un hombre.
Las parejas no ven una diferencia significativa en términos de costos u otras limitaciones.
El caso de China: en 1980 se impone la política de que las parejas sólo pueden tener un/a hijo/a
La tasa de fertilidad y natalidad disminuyeron después de1980.
Al preferir a los hijos varones sobre las hijas, la proporción de hombres y mujeres en la población china se inclinó hacia los hombres. En 2016 había 33,59 millones más hombres que mujeres.
Debido a la preferencia por los hijos varones, aumentó el número de abortos de fetos de mujeres.
El número de bebés mujeres asesinados, abandonados o puestos en orfanatos aumentó como resultado de esta política.
Datos de “The Effects of China’s One-Child Policy”.
Tasa de divorcios en México (Fuente: INEGI)
FUENTE: Msn.com
Comments