Yoel Fernández Gómez y Anet Toledo Herrera contrajeron nupcias el pasado 27 de septiembre, en la paz, armonía y belleza del fondo marino.
Una pareja de jóvenes cubanos, amantes de la aventura, hicieron realidad su sueño de casarse en una ceremonia insólita, arriesgada e inolvidable: Anet y Yoel celebraron su boda bajo el mar, en aguas de la costa habanera.
La organización del evento submarino corrió a cargo del proyecto Cuba Divings y devino reto a la ingeniosidad del equipo que debió sortear obstáculos y situaciones difíciles, como hacer posible que los familiares de los novios estuvieran presentes en ese momento tan importante de sus vidas, a pesar de nunca haber practicado buceo.
Yoel Fernández Gómez y Anet Toledo Herrera se dieron el “sí, quiero” –claro que por señas– el pasado 27 de septiembre, en la paz, armonía y belleza del fondo marino.
Su idea inicial era contraer matrimonio tirándose de un paracaídas o parapente, pero se les hizo más difícil, y como habían hecho prácticas de buceo con Cuba Divings, acordaron sellar su amor bajo el mar.
Las impresionantes imágenes de la boda las tomó la actriz e influencer Camila Carballo, quien documentó en su canal de Youtube todo el “backstage”, la ceremonia y el post-evento.
Los nervios estuvieron a prueba casi todo el tiempo durante más de un mes que duraron los preparativos. Esta no era la primera boda subacuática en Cuba pero quizás sí la primera en que la mayoría de los asistentes no eran buzos profesionales, lo que representó una de las metas más desafiantes.
La logística fue otro reto para los organizadores, que debieron trasladar toda la estructura y el mobiliario a unos tres metros de la costa, ensamblar y asegurar con contrapesos de gimnasio, para luego hacer la decoración, apenas dos horas antes del evento.
“Muchas son las palabras que me vienen a la mente de emoción y satisfacción, después que junto con mi equipo haber organizado este maravilloso evento. Fueron días de trabajo, de emociones, de tristeza, incluso de pensar en desistir por los obstáculos que nos íbamos encontrando: la creatividad, la tenacidad, el esfuerzo y el amor con los que todos contribuyeron hizo posible de que este sueño se hiciera realidad (…). Tan sencillo pero a la vez tan poderoso”, escribió Cuba Divings en su perfil de Instagram.
Como en todas las bodas, también hubo imprevistos y momentos de comicidad. Cuando todo estaba listo, una intensa lluvia repentina amenazó con “pasar por agua” el evento, imposible tratándose de una celebración que estaría rodeada de mar.
Yoel y Anet, enfundados en sus trajes de novios -ella de blanco, patas de rana y máscara a juego-, con el equipo completo de buceo, nadaron hasta el “altar” marino, donde el maestro de ceremonia oficializó el enlace mostrando un original cartel: “Como no habrá nadie que se oponga porque nadie puede hablar, por el poder que me ha dado Poseidón, yo los declaro sirena y tritón, ya puede besar a su novia”.
Y sí hubo beso para sellar la unión en el mar, donde “la vida es más sabrosa”.
Fuente - Cibercuba
Comentarios