Sebastián Moncayo, el actor ecuatoriano que conquista México con Chespirito: Sin querer queriendo
- Maritza Valencia
- 4 ago
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En una industria marcada por acentos, estereotipos y mercados nacionales, pocos actores logran forjar una carrera sólida fuera de su país. Sebastián Moncayo, quiteño de nacimiento y actor por vocación, es una de esas excepciones.
Radicado en México desde los 16 años, Moncayo ha construido una trayectoria de más de dos décadas que hoy cobra nuevo impulso gracias a su interpretación de Ernesto Figueras en la serie de HBO Max Chespirito: Sin querer queriendo, cuya emisión la convirtió en una de las series latinoamericanas más exitosas de este año.
“Este es uno de esos proyectos que han sido perfectos”, dice Moncayo con convicción. “Desde el casting, la lectura de guiones, la grabación, la promoción... todo ha sucedido bien”.
La serie, una producción ambiciosa que retrata la vida del legendario Roberto Gómez Bolaños, no solo le permitió al actor encarnar a una figura clave del ecosistema televisivo latinoamericano, sino también conectar con un país que llevaba años observando su carrera desde la distancia: el suyo.

Una trayectoria forjada desde abajo
Aunque muchos lo descubren hoy por esta serie, Moncayo no es un rostro nuevo. Su primera aparición en la televisión fue en 1989 con la novela nacional El Ángel de Piedra, emitida por Ecuavisa.
Sin embargo, su verdadero debut y lo que él considera como el inicio formal de su carrera fue en el año 2000, cuando fue seleccionado como actor juvenil en la telenovela Infierno en el Paraíso, producida por Televisa:
“Fue un proceso normal de casting, pero resultó en que les gusté para ese papel y así debuté en la televisión mexicana”, recuerda.
Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana y se formó como actor en el Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, entre 1995 y 1998. Más adelante, complementó su formación actoral en el Actors Studio de Nueva York.
Desde entonces ha participado en decenas de producciones, entre ellas la exitosa Club de Cuervos, donde interpretó a Javier Maldonado, un personaje que lo retó a salir de su zona de confort:
“Me alejaba mucho en personalidad de él, y eso es lo que hace divertido el trabajo del actor: construir una realidad distinta a la tuya”.
Un personaje que cambió su trayectoria
Ernesto Figueras, el personaje que Moncayo interpreta, es una construcción libre basada en Emilio Azcárraga Milmo, el magnate que consolidó el poder de Televisa. Pero el actor optó por alejarse del retrato mimético:
“Tuve la libertad creativa de generar un ícono [...] No quería parecerme a alguien en específico, sino construir un personaje de poder que amalgamara con la narrativa de la serie”.
El resultado es un Ernesto Figueras fascinante: imponente, persuasivo y con la carga simbólica de quien, como dice el propio Moncayo, “cambió la historia de la televisión, no solo en México, sino en toda América Latina”.

Identidad y redescubrimiento
Curiosamente, fue con Chespirito: Sin querer queriendo que su nacionalidad se volvió un tema relevante. Aunque lleva más de 25 años en México y ha forjado su carrera sin destacar su origen, una entrevista reciente desató un renovado interés en Ecuador por su trayectoria:
“Nunca lo intenté, nunca lo busqué. Fue algo muy orgánico. El éxito de la serie y el hecho de que soy ecuatoriano viajaron juntos”, comenta.
Moncayo confiesa que el cariño que ha recibido desde su país de origen lo ha conmovido profundamente.
“Nunca había tenido un apoyo tan grande como el que el país me ha dado por esta serie. Me ha servido como un bastón para pisar más fuerte, para tener más claridad de hacia dónde mirar. Me siento muy orgulloso de toda la gente que está tras de mí en este momento”.

¿Y Ecuador en el futuro?
Aunque su carrera está firmemente asentada en México, Sebastián no oculta su deseo de volver a actuar en Ecuador. “Es algo que quiero hacer, que voy a hacer”, afirma sin titubeos:
“Poder trabajar en mi país, hacer una producción, dejar una marca allí... es un sueño que tengo clavado”.
Sobre los papeles que le gustaría interpretar en su tierra, lo tiene claro: prefiere los personajes complejos, con capas emocionales, antes que la comedia ligera:
“Me apasiona desarrollar personajes, construir personalidades. Es el trabajo que más disfruto de la actuación”.

La serie sobre Chespirito, dice Moncayo, ha sido el proyecto más importante de su carrera. “Nunca un proyecto mío ha tenido tanto éxito como este”, afirma.
Y aunque prefiere no adelantar detalles, reconoce que hay nuevos proyectos en camino, algunos directamente impulsados por el impacto de la serie.
“Todavía no estamos viendo el final. Esta producción marca un antes y un después en la televisión latinoamericana”, sentencia,
Hoy, Sebastián Moncayo no solo representa una carrera sólida y transnacional, sino también una identidad que no se ha diluido con el tiempo, sino que se ha fortalecido. Su éxito internacional es, en muchos sentidos, también un orgullo nacional, y ahora que Ecuador lo mira con renovado interés, él está más que listo para devolverle esa mirada.
(GA)
Fuente: Ecuavisa.com

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