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En París les piden a los ciudadanos convivir con las ratas

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, está estudiando la posibilidad de hasta qué punto los humanos y las ratas puedan vivir juntos. 


Según las autoridades “la presencia de ratas en la superficie es perjudicial para la calidad de vida de los parisinos”. 


Explican que “la misión del proyecto es ayudar a la ciudad a gestionar su población de ratas y entre sus objetivos está luchar contra los prejuicios contra las ratas para ayudar a los parisinos a vivir mejor con ellas”. 


El estudio es financiado por el Gobierno de Francia. 


“Se está estudiando hasta qué punto los humanos y las ratas pueden vivir juntos de una manera que sea la más eficiente y al mismo tiempo asegurar que no sea insoportable para los parisinos”, explicó Anne Souyris, teniente de alcalde de París. 

El desarrollo de la idea  

Para Souyris las ratas en cuestión no eran las mismas ratas negras que pueden transmitir la peste. 


Señala que “estas son otro tipo de ratas que transmiten enfermedades como la leptospirosis, una enfermedad bacteriana”.  


Anne destacó algunas de las acciones tomadas por la ciudad como parte de su plan anti-ratas de 2017, por lo que indica que “incluida la inversión en miles de nuevos botes de basura para hacer que las ratas vuelvan a la clandestinidad». 


La funcionaria en mención dijo a CNN de forma categórica que “las ratas de París no representan un riesgo significativo para la salud pública”.    


Por su parte, el grupo de derechos de los animales Paris Animaux Zoopolis dio la bienvenida a la acción de la ciudad, señalando que:


“Las ratas están presentes en París, como en todas las principales ciudades francesas, por lo que surge necesariamente la cuestión de la convivencia”, expresó Animaux en un comunicado de prensa. 

Los roedores y la salud pública 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la importancia de las ratas y ratones (comensales y silvestres) para la salud pública está dada principalmente por las infecciones y enfermedades de las que son portadores. 


Entre ellas se listan algunas que están presentes en las Américas: “La Peste (Yersinia pestis), Salmonelosis (S. typhimurium; S. enteritidis); Leptospirosis (L. icterohaemorragiae)”. entre otras 

Dice la entidad de carácter global que se debe incluir también “el parasitismo como la Triquinosis (Trichinella spiralis); la meningitis eosinofílica por Angiostrongylus cantonensis y teniasis por Hymenolepis nana o H. Diminuta». 


La transmisión de estas infecciones al humano es indirecta. Algunas por medio de orina o heces infectadas, otras por medio de pulgas y piojos como también por la picadura de mosquitos. 

“Eliminar roedores en forma indiscriminada es un riesgo mayor, ya que sus ectoparásitos, vectores de las infecciones que ellos portan buscan de inmediato otros huéspedes, entre ellos los humanos, transmitiéndoles las infecciones”, subraya la OMS. 


Las ratas y los humanos  

Según el portal digital Rentokil.com, “se considera que los roedores verdaderos se originaron en Asia”. 

Dice la publicación que “estos roedores originales descienden de antecesores parecidos a los roedores, llamados anagálidos, que también dio lugar a los lagomorfos o el grupo del conejo”. 

Muridae, la familia que dio origen a las actuales ratas, ratones, hámster, ratones de campo y jerbos, apareció por primera vez durante el Eoceno superior 37,2 a 33,9 millones de años. 


La rata noruega (Rattus norvergicus) y la rata negra (Rattus rattus) se originaron en Asia.  

“Las dos especies de roedores comenzaron a vivir en hogares humanos, edificios y barcos en una asociación dependiente de los humanos llamada comensalismo”, explica la publicación de Rentokil. 


Ambas ratas tienden a establecerse a lo largo de las rutas migratorias humanas. 

“Al principio se creía que la rata negra llegó a Europa en la época de las Cruzadas, pero la presencia de esqueletos de esta en el Mediterráneo en Europa indica que llego mucho antes”.  


Se han encontrado huesos en Córcega que datan del siglo IV y II antes de Cristo; en Pompeya, Italia datados del siglo II antes de Cristo; en Londres, Reino Unido datados de mediados del siglo III antes de Cristo y en York, Reino Unido, datados del siglo V antes de Cristo.


Fuente - QPasa

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